«recién después»
La música va primero. Recién después, el cerebro.
Camino por la música con un porrón en la mano.
La ciudad es música.
Cada persona, una nota.
O un silencio.
Instrumento maderoso del universo, mi cuerpo.
Mi piel, ojos del universo que lo ponen contento.
La música va primero, recién después el perdón.
La sed, el calor, el cemento, todo es envoltorio.
La música va primero, recién después, el amor.